Cuando resignado aceptas que ya tu casa no va a estar nunca más "como para comer sopas en el suelo"o lo que es lo mismo, ya has claudicado y te han introducido el primer gatito, tu primer problema va a ser donde le vas a ubicar sus cosas. Parece una tontería pero de eso nada de nada.
Tu te esmeras en comprarle una cama digna de un marajá, lo más fashion posible, mullida y confortable y esperas que el animalito retoce de placer a la primera y se dedique a prodigarnos interminables signos de satisfacción. Pues NO. Puedes jurar que, como mucho, estará unos ratos los primeros días y luego pasará por delante como si la cama fuera invisible y buscará con toda naturalidad rincones de los más variopintos en los que colocar su cuerpo serrano, eso sí, cambiando a menudo de sitio para no aburrirse. Eso nos obligará a colocar estratégicamente más fundas que todo "El Corte Inglés" y más nos valdría hacernos accionistas ya que éstas no duran eternamente y se van a tener que cambiar muy a menudo. Cuando alguien nos pregunte porqué tanto cambio, va a ser difícil hacerles creer que hoy en día, con tanto diseño, los tejidos son de extrema finura y no aguantan los embistes de los animalillos.
Si extrañamente alguno se acostumbra a su cama, lo vamos a mirar como si le sucediese algo y hasta le tomaríamos la temperatura por si tiene fiebre.
Caso aparte es uno de los míos que además de ignorar su cama, cuando se digna a probarla le da unos bandazos antes al objeto de personalizarla, con el resultado de que en ocasiones la gira del revés y se coloca de tal manera que uno piensa ¿porqué se lo monta tan difícil?. De un gato nunca cuestiones los porqués. Pierdes el tiempo.
Tu te esmeras en comprarle una cama digna de un marajá, lo más fashion posible, mullida y confortable y esperas que el animalito retoce de placer a la primera y se dedique a prodigarnos interminables signos de satisfacción. Pues NO. Puedes jurar que, como mucho, estará unos ratos los primeros días y luego pasará por delante como si la cama fuera invisible y buscará con toda naturalidad rincones de los más variopintos en los que colocar su cuerpo serrano, eso sí, cambiando a menudo de sitio para no aburrirse. Eso nos obligará a colocar estratégicamente más fundas que todo "El Corte Inglés" y más nos valdría hacernos accionistas ya que éstas no duran eternamente y se van a tener que cambiar muy a menudo. Cuando alguien nos pregunte porqué tanto cambio, va a ser difícil hacerles creer que hoy en día, con tanto diseño, los tejidos son de extrema finura y no aguantan los embistes de los animalillos.
Si extrañamente alguno se acostumbra a su cama, lo vamos a mirar como si le sucediese algo y hasta le tomaríamos la temperatura por si tiene fiebre.
Caso aparte es uno de los míos que además de ignorar su cama, cuando se digna a probarla le da unos bandazos antes al objeto de personalizarla, con el resultado de que en ocasiones la gira del revés y se coloca de tal manera que uno piensa ¿porqué se lo monta tan difícil?. De un gato nunca cuestiones los porqués. Pierdes el tiempo.
2 comentarios:
Los gatos son soberanos caprichosos. Muy divertido el "manda bigotes", seguiré la saga.
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Muchas gracias. Es verídico absolutamente todo y seguro que tú también podrías decir muchas cosas al respecto. Saludos.
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