domingo, 18 de noviembre de 2007

El primero ¡Manda Bigotes! Capítulo Siete

Volvamos al principio para entender como se llega hasta poder contar tantas peripecias. Después de que ya te han colocado el primer gatito, pasas una temporada ambigua en la que vas del embobamiento propio de madre primeriza, a los juramentos en arameo dadas las habilidades del cachorrito. Empiezas a entender que ya nada va a ser igual, es decir, tu vida cambiará pero tu casa cambiará todavía más. Ni IKEA va a redecorar tanto tu hogar como tu gato.

Cortinas, sofás, alfombras, paredes, plantas, camas, y así un largo etcétera, van a sufrir una transformación digna de una de esas secciones de las revistas en las que contrastan el antes y el después y eso que no han estudiado Interiorismo.

Cuando orgulloso, el animalillo te mira como invitándote a la contemplación de sus "creaciones", tú, en tu calidad de novata, apenas puedes articular palabra con que maldecirle ya que no dejas de verle como el tierno bebito peludo que es, pero cuando va creciendo ya has aprendido que aunque te salgan expresiones a miles no hubiera servido de nada, ya que el gato es un pasota por naturaleza al que los gritos solo le afectan por lo delicado de su pabellón auditivo, no porque les entre un canguelis de cuidado al verte hecha una fiera. De eso nada. Como mucho, correrá a esconderse pero no temas, que no le durará ni un suspiro el confinamiento.

Este primer cachorro va a ser privilegiado como el primogénito humano y va a tener todo a su disposición y su único problema va a ser el ir cambiando de sitio todo el día para dejar caer sus carnes y repartir pelusa por toda la casa. También va a estar más aburrido que una ostra y por tanto será un potencial gato maduro obeso, ya que toda su actividad se reducirá a comer y dormir. ¡Qué envidia! Esto dará pie a que apenas intuya que vas a llegar a casa, se plantará cual celoso vigía cerca de la puerta y así que entres se va a convertir en tu sombra, no si antes haberte demostrado efusivamente todo lo que te quiere, y eso, invariablemente cada día. Desde luego, ya quisiéramos el mismo proceder en el resto de la familia.

Todo esto ocurrió con nuestro primer gato, que después de muchos días de creer que era eso, GATO, caímos del limbo y tuvimos que rebautizarlo cual minino transexual se tratase: ERA GATA. Ya empezábamos bien....

Fué una gata extremadamente aplicada en todas las tareas que antes he mencionado. Sus labores de "frivolités" (sacado de hilos) en colchas, abrigos y sobre todo en cortinas, eran dignas de premio si hubiera concursado, pero yo, inexperta en la materia, me limitaba a propinarle una mínima colleja que no debía impresionarle en absoluto, dado el interés que ponía en superarse. Y si se piensa que eso amaina con la edad, de eso NADA. Tal ha sido el volumen de trabajos que ha realizado en esta casa, que ya habiendo pasado algún tiempo todavía quedan vestigios visibles de su sabiduría. Y lo que es grave es que ahora los mire con ternura.

Si hubiésemos querido un temible perro guardián, no hubiéramos hallado uno mejor que nuestra gata. Cualquiera que picase a la puerta lo primero que veía es una masa peluda, curvada y con la cola erizada como un plumero, emitiendo unos gruñidos dignos de un tigre bengalí que, naturalmente, causaban impacto. Más de un ingenuo visitante se ha llevado una "firma" en sus manos, al no calibrar suficientemente los alaridos de la minina y decir aquello consabido de "yo no les tengo miedo..." y querer tocarla.

También ha sido una gata/atleta. Sus corridas por el largo pasillo de casa, las han disfrutado los vecinos de abajo durante todas las noches de su vida. Ella misma se montaba las carreras, sin nadie que la interrumpiese, con alevosía y nocturnidad. Al ser grande de tamaño se oía divinamente. De todo ello dejó constancia en las paredes del pasillo, ya que para coger más velocidad daba enormes saltos contra la pared y por tanto imprimía sus huellas por doquier hasta tal punto que parecía el estampado de un papel pintado.

Fué una gata muy "informada" como se verá. Cuando nos poníamos a leer el periódico, ella se ponía al lado, hasta que, directamente, se tumbaba encima de él y debía de serle hartamente provechoso ya que hasta que podíamos pasar otra página podía haber salido ya el del día siguiente. Con los libros, idem. Y con la tele... Eso de estar viendo una película y ella estar como una esfinge en medio de la pantalla, tapándola claro, era como el pan nuestro de cada día.

Era un animal imponente en físico y de carácter, pero altamente protectora con los de casa. Fué la primera mascota y por tanto algo así como el primer amor, inolvidable. Se llamó DINA y es el prólogo de los otros cinco que han venido después.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oi, achei seu blog pelo google está bem interessante gostei desse post. Gostaria de falar sobre o CresceNet. O CresceNet é um provedor de internet discada que remunera seus usuários pelo tempo conectado. Exatamente isso que você leu, estão pagando para você conectar. O provedor paga 20 centavos por hora de conexão discada com ligação local para mais de 2100 cidades do Brasil. O CresceNet tem um acelerador de conexão, que deixa sua conexão até 10 vezes mais rápida. Quem utiliza banda larga pode lucrar também, basta se cadastrar no CresceNet e quando for dormir conectar por discada, é possível pagar a ADSL só com o dinheiro da discada. Nos horários de minuto único o gasto com telefone é mínimo e a remuneração do CresceNet generosa. Se você quiser linkar o Cresce.Net(www.provedorcrescenet.com) no seu blog eu ficaria agradecido, até mais e sucesso. If is possible add the CresceNet(www.provedorcrescenet.com) in your blogroll, I thank. Good bye friend.